La historia de la natación quedó marcada en el año 2008 con el más sofisticado traje alguna vez visto, el LZR. Una historia de polémica en la que aparecen nombres conocidos en el deporte como Michael Phelps, Kieren Perkins y la empresa Speedo.
13 de febrero de 2008
Speedo, la prestigiosa firma austrolobritánica de artículos de natación, presenta en NY su última innovación, envolviéndose en un dilema que persiste hasta los días de hoy, se trata del LZR Racer.
El traje es exhibido por los tres pesos pesados de la natación estadounidense y mundial: Amanda Beard, Michael Phelps y Natalie Coughlin y presentado por Speedo como “el bañador más rapido del mundo”. La idea la había desarrollado una empresa italiana llamada Mectex, junto al Instituto Australiano del Deporte y nadadores patrocinados por Speedo. Además, los trajes de baño se desarrollaron con la ayuda de la NASA, que aportó sus túneles de viento y su software de análisis de fluidos. Sus ventajas eran las siguientes: comprimía el cuerpo de manera que lo hacía más hidrodinámico, gracias al uso de microfibras de nylon y elastano muy entretejidas. El torso quedaba más apretado, de modo que en la piscina se reducía la masa muscular y se reducía la vibración del cuerpo. Además, favorecía la oxigenación de los músculos. Además, 100% resistente al cloro y de secado rápido, sus piezas estaban soldadas con ultrasonido para disminuir la fricción. Compuesto con paneles ultrafinos de poliuretano, el traje repelía el agua. Finalmente, el traje es fabricado en Portugal, contando con la cooperación de la empresa portuguesa PETRATEX, y salió con un precio de mercado de 470 euros.
El bañador, ha sido aprobado por la FINA con la salvedad de que estuviera disponible para todos los competidores que participaran en los Juegos Olímpicos de Pekín. No obstante, personalidades como el ex-nadador Kieren Perkins, una de las principales figuras de la historia de la natación y electo nadador del año en la revista Swimming World Magazine en 1994, se protestaron contra el uso de esta tecnología. El nadador consideró que factores como el precio y los acuerdos comerciales podrían ser desventajosos para algunos de los competidores
Juegos de Pequín 2008
Unos meses después de su lanzamiento, llegaba la gran prueba del LZR: los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Pero ya se había mostrado su eficacia y se había visto que era un problema para aquellos equipos olímpicos sin acuerdo de patrocinio de Speedo. Era el ejemplo de Japón, en el que uno de los entrenadores reconoció que sin el LZR (usaban bañadores Mizuno) no podrían competir, y finalmente permitió a sus nadadores llevar el LZR si así lo deseaban.
Los resultados en Pekín fueron todavía más concluyentes: el 94% de las pruebas fueron ganadas por nadadores que llevaban el LZR. Y además, el 98% de los medallistas de natación en Pekín llevaban este traje de baño.
A la FINA (la Federación Internacional de Natación) empezaron a llegarle críticas, pues muchos profesionales y aficionados al deporte empezaron a considerarlo “doping tecnológico”.
Mundial Roma 2009
La FINA (agencia que rige la natación deportiva a nivel mundial) permitió una vez más el uso de los más recientes trajes de poliuretano para los mundiales sabiendo que esto llevaría a una serie de records mundiales.
Curiosamente, no se sabe si por presión o arrepentimiento, aún durante el campeonato la agencia anunció que serían prohibidos desde enero próximo. Pero ya era tarde, una cantidad sin precedente de 43 records mundiales se quebraron en Roma y un regreso a los trajes de materiales textiles significaría que serían muy difíciles de superar, y al final de 2008 se habían batido 108 records del mundo de natación.
2010. La prohibición del LZR
Finalmente en 2010 se pone fin a los bañadores de alta tecnología que lucían muchos nadadores desde el año 2008. Igualmente se introdujeron nuevos criterios estrictos para los bañadores, entre ellos, que en el hombre el bañador no puede sobrepasar el ombligo o llegar más bajo de la rodilla, mientras que en la mujer, no deben cubrir el cuello o los brazos.
También se acuerda que todos los trajes de natación que fueran a ser utilizados en los Juegos Olímpicos o en los Campeonatos Mundiales deberían ser aprobados por la FINA por lo menos doce meses antes del inicio de la respectiva competición. Así, tras un encuentro de la Comisión de Equipamientos de la FINA se facilitó una lista de 202 bañadores válidos, entre los que no se encontraba el ‘Jaked 01′, la prenda utilizada, entre otros, por Muñoz, ni, por supuesto, el LZR distinguido por su patrocinio por el nadador Michael Phelps, el deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos, con un total de 22 medallas, 8 de ellas, de oro, ganadas en los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008.